El 2 de febrero se celebra el Día Mundial de Humedales. En esta fecha se busca sensibilizar a la población para revertir la pérdida acelerada de humedales y promover su conservación y restauración. En este día es crucial difundir sobre estos ecosistemas de importancia crucial.
El lema para este año es: “Revitalizar y restaurar los humedales degradados”. Se destaca la importancia de restaurar los humedales, ya que, de realizarse correctamente, estos enclaves pueden llegar a ofrecer los mismos beneficios que ofrecía el humedal natural original.
La campaña de este año es una llamada urgente a la acción para que se tomen medidas y se invierta capital financiero, humano y político para evitar que los humedales del mundo desaparezcan por completo y restaurar los que ya se han perdido.
La Organización de las Naciones Unidas, define a los humedales de la siguiente manera: son ecosistemas en los que el agua es el principal factor que controla el entorno y la vida vegetal y animal asociada al mismo. Una definición amplia de humedales incluye los ecosistemas de agua dulce, los marinos y los costeros, como los lagos y ríos, los acuíferos subterráneos, los pantanos y marismas, los pastizales húmedos, las turberas, los oasis, los estuarios, los deltas y las marismas, los manglares y otras zonas costeras, los arrecifes de coral y todos los lugares creados por el hombre, como los estanques de peces, los arrozales, los embalses y las salinas.
Representan uno de los ecosistemas más valiosos de la Tierra, indispensables para los seres humanos y la naturaleza por los beneficios y servicios que proporcionan.
A pesar de que sólo cubren alrededor de 6% de la superficie terrestre, son el hábitat del 40% de todas las especies de plantas y animales.
Su diversidad biológica es crucial para la salud humana, el suministro de alimentos, el transporte y las actividades económicas que generan empleo, como la pesca y el turismo.
Los humedales son vitales para los seres humanos, para otros ecosistemas y para nuestro clima, proporcionando servicios ecosistémicos esenciales como la regulación del agua, incluyendo el control de las inundaciones y la purificación del agua.